En general, el sistema inmunológico hace un trabajo extraordinario defendiéndolo contra los microorganismos que causan enfermedades. Sin embargo, a veces falla frente a un germen que lo invade con éxito y lo enferma, o se debilita por la deficiencia de algún nutriente. ¿Es posible intervenir en este proceso y estimular tu sistema inmunológico?, ¿y si mejoras tu dieta alimenticia?, ¿deberías tomar ciertas vitaminas o preparaciones a base de hierbas?, ¿deberías cambiar tu estilo de vida con la esperanza de producir una respuesta inmune casi perfecta?
Frente a todas esas preguntas la respuesta es casi la misma: sí, siempre es importante mejorar tu estilo de vida y tu alimentación. Y no solo porque tu sistema inmune esté fallando, sino porque esto es lo que permite que te mantengas saludable, en buenas condiciones físicas y te sientas bien contigo mismo.
Pero si aún te cuidas y sigues débil o teniendo problemas, la primera recomendación más es que asistas a un médico y a un nutricionista, que te asesore y te ayude a determinar cuáles son los nutrientes que te están fallando o en cuáles procesos estás teniendo problemas.
La idea de aumentar tu inmunidad es siempre tentadora, pero la capacidad de hacerlo es lo que resulta difícil de alcanzar. El sistema inmunológico es precisamente eso: un sistema, no una sola entidad. Para funcionar bien, requiere equilibrio y armonía.
Aún hay mucho que los investigadores desconocen sobre las complejidades de la respuesta inmune. Por ahora, no existen vínculos directos científicamente comprobados entre el estilo de vida y la función inmunológica mejorada, pero eso no significa que los efectos del estilo de vida sobre el sistema inmunológico no sean intrigantes y no deban estudiarse.
Los investigadores están explorando los efectos de la dieta, el ejercicio, la edad, el estrés psicológico y otros factores sobre la respuesta inmunitaria, tanto en animales como en humanos. Mientras tanto, las estrategias generales para una vida saludable tienen sentido, ya que probablemente ayuden a la función inmunológica y traigan además otros beneficios para la salud en general.
-Cuida de tu cuerpo, solo tienes unoExisten algunas recomendaciones que todos deberíamos seguir para mantener la salud de nuestro cuerpo.
- Evitar fumar: Fumar puede hacer que el cuerpo tenga menos éxito en la lucha contra las enfermedades y aumenta el riesgo de problemas del sistema inmune, incluida la artritis reumatoide.
- Comer bien: Esto significa poner énfasis en comer muchas frutas y verduras, proteínas magras, cereales integrales, leche y productos lácteos sin grasa o bajos en grasa. Comer bien también significa limitar las grasas saturadas, el colesterol, la sal y los azúcares añadidos. Alimentarse bien brinda múltiples nutrientes que respaldan una función inmunológica óptima.
- Hacer ejercicio regularmente: La actividad física te ayuda a sentirte mejor, dormir mejor y reducir la ansiedad. Combinada con una buena alimentación, el ejercicio puede ayudar a una persona a mantener un peso saludable y a beneficiar potencialmente su inmunidad.
- Mantener el peso ideal: El exceso de peso puede afectar el funcionamiento del cuerpo. La obesidad está relacionada con el deterioro de las funciones inmunológicos y además puede reducir la eficacia de las vacunas para numerosas enfermedades.
- Beber con moderación: Con el tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede debilitar tu sistema inmunológico. Mejor asegura una buena ingesta de líquidos bebiendo agua, té, infusiones, caldos y sopas.
- Dormir suficiente: la falta de sueño puede afectar tu sistema inmune. Se ha demostrado que las personas que no tienen horas de sueño de calidad o suficientes horas de sueño tienen más probabilidades de enfermarse tras estar expuestas a un virus. Además, la falta de sueño también puede afectar la velocidad en la que te recuperas si te enfermas.
- Gestionar el estrés: El estrés afecta negativamente al sistema inmunológico. Gestiona tu tiempo y date nuevas oportunidades para leer, aprender, jugar, cocinar y hacer tus actividades favoritas.