Actualmente, la hipertensión es una de las afecciones más comunes en el mundo, debido al estilo de vida que hemos adquirido en las últimas décadas. El estrés, el sedentarismo, una dieta alta en grasas e incluso, la herencia genética, pueden influir y condicionar tu cuerpo para que la presión arterial esté más alta de lo normal.
La presión arterial es la acción en la que corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación. Una persona que sufre de hipertensión tiene los niveles de presión arterial elevados de forma continua y sostenida.
La hipertensión supone grandes riesgos para la salud. El corazón responde aumentando su masa muscular para hacer frente a ese sobreesfuerzo, originando muchas veces insuficiencia coronaria y angina de pecho. En las arterias, se producen cúmulos de colesterol y se vuelven rígidas y estrechas e incluso pueden romperse.
Todos estos daños pueden desencadenar en infartos de miocardio, infarto cerebral e insuficiencia renal. Además, la hipertensión puede causar dolor al caminar, alteraciones en la visión e impotencia en los hombres.
Diagnóstico
Es importante tener en cuenta que la hipertensión arterial no produce síntomas y muchas veces puede pasar inadvertida. Aunque puede aparecer a cualquier edad, suele surgir a partir de los 40 años y en personas con y sin predisposición familiar.
El diagnóstico más sencillo es medirse la presión con regularidad y siempre a las mismas horas del día. En algunos casos son necesarias pruebas más específicas como el holter de presión arterial.
Prevención
Como en la mayoría de los problemas de salud, mantener una vida saludable es la mejor prevención. Por eso, hay una serie de consejos que puedes emplear en tu rutina diaria para bajar gradualmente la tensión o ayudar a estabilizarla.
- Reduce tu peso: Bajar de peso es uno de los cambios en el estilo de vida más eficaces para controlar la hipertensión, además ayuda a disminuir el riesgo cardiovascular y de diabetes.
- Haz ejercicio: Realizar actividad física regularmente puede reducir la presión arterial y disminuir el riesgo cardiovascular. Si tienes presión arterial alta, el ejercicio puede ayudarte a evitar que se transforme en hipertensión. Si ya tienes hipertensión, la actividad física regular puede reducir la presión arterial a niveles más seguros.
- Deja de fumar: El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Además, las personas hipertensas fumadoras multiplican el efecto perjudicial del tabaco. Dejar de fumar tiene unos efectos positivos superiores a cualquier medicación.
- Modera el alcohol. El consumo excesivo de alcohol provoca el incremento de la presión arterial y otras alteraciones perjudiciales para el corazón y otros órganos.
- Practica una dieta cardiosaludable. Los hipertensos deben disminuir el consumo de sal, consumir aceite de oliva como grasa principal y priorizar la ingesta de aves, pescado, frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales.
- Tratamiento farmacológico. Si eres hipertenso es posible que debas seguir un tratamiento farmacológico. Acude a un médico especialista para que controle tu caso.
Si estás buscando una opción natural para controlar tu presión arterial o para complementar tu tratamiento médico, te recomendamos elegir un complemento alimenticio que contenta ingredientes naturales como:
- La remolacha que contiene niveles muy altos de nitrato inorgánico que en nuestro cuerpo se convierte en óxido nítrico, provocando una relajación y una dilatación de los vasos sanguíneos.
- La flor de Jamaica que, gracias a sus componentes fitoquímicos, ayuda a disminuir la presión arterial, el colesterol y la diabetes.
- El ajo negro, que gracias a su contenido de quercetina, un flavonoide con propiedades analgésicas, funciona como vasodilatador y antidiabético.
- Y el magnesio que ayuda a mantener un ritmo cardíaco constante y a reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico.