El calcio es el mineral más abundante en nuestro cuerpo y representa alrededor del 2% de nuestro peso corporal. Se almacena principalmente en los huesos y en los dientes, donde actúa como una estructura natural.
El cuerpo necesita calcio para que los músculos se muevan y los nervios transmitan mensajes desde el cerebro hasta las distintas partes del cuerpo. Además, el calcio ayuda a que la sangre circule a través de los vasos sanguíneos y a liberar las hormonas necesarias para muchas funciones del organismo. El calcio es vital para las contracciones musculares, el metabolismo de las proteínas, la presión arterial y la coagulación, y la función nerviosa.
La concientización sobre la importancia del calcio juega un papel clave, ya que la mayoría de la población no consume el calcio que necesita. Poco a poco, la sociedad ha ido concientizándose sobre la necesidad de consumir calcio durante la infancia, la etapa de crecimiento y la menopausia. Sin embargo, durante la edad adulta sigue pasando desapercibido.
Cuando los niveles de calcio en la sangre son demasiado bajos, nuestros huesos son “atacados” para compensar el déficit. Algunos estudios revelan que los adolescentes y las mujeres suelen tener una ingesta deficiente de calcio, porque es más probable que se salten el desayuno (que a menudo contiene leche). Es preocupante que uno de cada cinco adolescentes no ingiera suficiente calcio, poniendo en riesgo el tener una densidad ósea baja.
Importancia de consumir calcio
Para tener los huesos y dientes sanos: El calcio también se combina con el fosfato para producir hidroxiapatita, la sustancia dura de los dientes. Estos nutrientes son vitales en los primeros años de vida a medida que se forman los dientes en el útero. En un estudio se determinó que los niños cuyas madres tomaron calcio durante el embarazo tienen menos de riesgo de caries.
Para la salud del corazón: Una mayor ingesta de calcio puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL “malo”. También puede tener un impacto beneficioso sobre la presión arterial, lo que reduce el riesgo de padecer enfermedad coronaria. Se ha descubierto que los bebés de mujeres embarazadas que consumen calcio tienen una presión arterial saludable en la vejez.
Para protegernos del cáncer: Existe evidencia de que el calcio protege contra algunos tipos de cáncer, particularmente de colon y de mama. Un estudio encontró que las mujeres que bebían leche tanto de niñas como de adultas tenían un riesgo menor de desarrollar cáncer de mama. Y en un estudio coreano, aquellos que tenían una mayor ingesta de calcio tenían un 16% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de colon.
¿Cómo obtener los niveles óptimos de calcio?
A los 20 años, el 90% de nuestra masa ósea se ha acumulado, por lo que la dieta que tuvimos en nuestra infancia resulta crucial. Se aumenta la densidad ósea al comer muchos alimentos ricos en calcio, junto con vitamina D, que ayuda a la absorción y transporte del calcio a los huesos.
Más adelante, la masa ósea disminuye debido a los cambios hormonales, y una buena ingesta de calcio puede marcar la diferencia entre unos huesos sanos y unos frágiles.
Es posible obtener las cantidades recomendadas de calcio mediante el consumo de una gran variedad de alimentos. Entre ellos encontramos la leche, el yogur, el queso, algunas bebidas fortificadas de soja y almendras, enlatados como las sardinas y el salmón, verduras como la col rizada, el brócoli y el repollo chino.
Si te resulta difícil consumir suficiente calcio en tu dieta, es posible que necesites tomar un complemento de calcio. Existen muchos complementos multivitamínicos que solo incluyen calcio y otros que lo combinan con otros nutrientes como la vitamina D, para obtener una mejor absorción del mineral.