Si has sentido que después de tus comidas los alimentos no se digieren y sientes un vacío en el estómago, podría estar relacionado con un déficit de enzimas digestivas. Los síntomas más comunes son hinchazón en el vientre, reflujo, acidez, diarrea, estreñimiento, cansancio, ansiedad, e incluso depresión.
Para entender cómo funciona, lo primero que hay que saber es qué son las enzimas digestivas y qué hacen exactamente en el cuerpo. El páncreas segrega una variedad de enzimas que ayudan a descomponer las grasas, proteínas y carbohidratos que se han ingerido.
Las enzimas digestivas son moléculas que se encuentran en nuestro cuerpo y que se encargan de romper los polímeros, las macromoléculas que están presentes en los alimentos. Gracias a las enzimas, los alimentos se descomponen más rápido y los nutrientes que nuestro cuerpo necesita se absorben mucho más fácil. Sin ellas sería imposible que se llevara a cabo el proceso de digestión.
Entre los beneficios y propiedades de las enzimas digestivas encontramos que ayudan a la digestión y reducen la acidez, mejoran la digestión de los productos lácteos, reduce las alergias alimentarias gracias a la buena digestión de las proteínas, mejoran los casos de hernias y úlceras intermitentes y reducen la sensación de hinchazón y flatulencias.
El envejecimiento celular o una dieta deficiente pueden reducir la producción de enzimas y dañar el cuerpo. Cuando el páncreas no funciona como debería, debido a una enfermedad o lesión, se produce una malabsorción de nutrientes importantes. En estos casos, es recomendable el uso de enzimas pancreáticas complementarias. Los investigadores médicos también han considerado el uso de enzimas digestivas para otras condiciones de salud.
Existen complementos alimenticios diseñados para imitar los efectos de las enzimas digestivas naturales que se encuentran dentro de nuestro cuerpo y que ayudan a descomponer y absorber los alimentos. Las enzimas digestivas se toman con alimentos, generalmente justo antes de las comidas, para ayudar en la digestión.
Los complementos de enzimas digestivas se pueden encontrar de forma natural en plantas, animales u hongos. Cada enzima tiene una función específica: algunas son responsables de transportar nutrientes, otras de eliminar desechos tóxicos, filtrar la sangre en el hígado o nutrir el cerebro. Estos son algunos de los tipos más comunes:
Bromelina: La bromelina contiene una variedad de enzimas derivadas del tallo y la pulpa de la piña. Se cree que la bromelina es útil en la digestión de proteínas, para reducir los síntomas de la indigestión y la inflamación derivada de una lesión o infección.
Lipasa: La lipasa es importante para la digestión y absorción de grasas. Los complementos de lipasa se obtienen de cerdos, vacas, plantas y hongos. Las formulaciones de lipasa pueden incluir otras enzimas, como amilasa, lactasa y proteasa. Ciertas condiciones de salud pueden implicar una deficiencia de lipasa y, por lo tanto, la lipasa suplementaria pudiera ser necesaria, como enfermedades celíacas, enfermedad de Crohn y fibrosis quística.
Papaína: La papaína se deriva de la papaya. Se cree que la papaína es útil en la digestión de proteínas y, en menor medida, grasas. Se recomienda como ayuda digestiva, para la artritis, alergias alimentarias, recuperación de lesiones, herpes zóster y algunas enfermedades autoinmunes.
Lactasa: La lactasa se diferencia de las enzimas digestivas descritas anteriormente porque es producida por el intestino delgado, no por el páncreas. La lactasa es necesaria para la digestión de la lactosa y el azúcar que se encuentra en los productos lácteos. Se considera que las personas que tienen niveles bajos de esta enzima son intolerantes a la lactosa.