El zinc es un mineral muy importante para nuestro organismo y debe formar parte de una alimentación saludable; pues está presente en nuestro cuerpo, pero en muy poca cantidad. Este micronutriente se considera como una de las 100 enzimas fundamentales para el organismo y su consumo trae numerosos beneficios para la salud.
El zinc está presente en las células de todo el cuerpo y ayuda a nuestro sistema inmunitario a luchar contra los virus y las bacterias. También utilizamos el zinc para producir el ADN y las proteínas, para favorecer la cicatrización de las heridas y para conservar el buen funcionamiento del sentido del gusto. Durante el embarazo, la infancia, la niñez y la adolescencia el cuerpo necesita el zinc para crecer y desarrollarse correctamente.
El zinc también sirve para eliminar los radicales libres del cuerpo y para lograr la elasticidad en la piel; ya que el 20% de este mineral se retiene en la dermis. El restante se deposita en los tejidos pigmentados de los ojos, las uñas y el cabello, los huesos, los testículos y los músculos.
Tener los niveles correctos de zinc en la sangre evita la degeneración macular senil, mejora el sentido del olfato, ayuda a tratar la enfermedad de Wilson (acumulación de cobre en el cuerpo), mejora la sensibilidad a la insulina, ayuda a absorber mejor los nutrientes, mejora la acidez estomacal y alivia la diarrea, interviene en el sistema nervioso y podría reducir la posibilidad de padecer mal de Alzheimer, equilibra el nivel ácido-alcalino de la sangre, protege el hígado de sufrir enfermedades y reduce el tinnitus (zumbido en los oídos).
Si te interesa incorporar a tu dieta alimentos ricos en zinc, comienza a incluir en tu menú las carnes, el pescado, los mariscos (sobre todo las ostras), los frutos secos, los cereales integrales, las legumbres y la leche.
La cantidad diaria recomendada de zinc que deben consumir los hombres adultos es de 11 miligramos y las mujeres adultas 8 miligramos. Con una alimentación saludable y balanceada, podemos cubrir la dosis necesaria que necesita nuestro organismo. Las personas que pueden necesitar complementar sus dosis de zinc son aquellas que padecen determinadas enfermedades como la colitis ulcerativa, enfermedad crónica renal, anemia de células falciformes, enfermedad de Crohn o el alcoholismo crónico.
Los adultos mayores de 60 años y los vegetarianos estrictos también pueden padecer deficiencia del zinc. Cuando la alimentación está basada principalmente en legumbres y granos, se produce una disminución de su absorción, provocada por los elevados niveles de ácido fítico.
Resulta difícil identificar cuando el cuerpo presenta deficiencia de zinc, pero hay señales que pueden ayudarte a estar alerta y así poder asistir a tiempo al doctor. Alguna de ellas son la pérdida de cabello, la aparición repentina de acné, tener mal sabor en las comidas, los problemas auditivos y cuando comienzas a notar que las heridas comienzan a no cicatrizarse correctamente.
Si deseas cuidar tu salud, el zinc es un mineral esencial. Después de conocer tus numerosos beneficios y propiedades, lo puedes incluir en tu dieta fácilmente y a través de variados alimentos.
Para conocer más sobre los productos de B life, recuerda que puedes escribirnos a través de nuestras redes sociales @blife.mx y con gusto te atenderemos.