La aromalogía es una terapia alternativa con fines medicinales basada en el uso de aceites esenciales extraídos de plantas, flores, hierbas o árboles. Su objetivo está en mejorar la salud y el bienestar de las personas, siendo eficaz en el alivio de ciertas dolencias físicas o enfermedades, y también para equilibrar el estado de ánimo y las emociones.
Estos aceites constituyen la esencia de la planta y son el resultado de una serie de reacciones químicas que producen su característico aroma. Los aceites esenciales se utilizan de manera terapéutica a través de la inhalación o aplicándolos directamente sobre la piel, dependiendo cual sea la dolencia a tratar.
En la actualidad, la aromalogía es una medicina complementaria ampliamente practicada. Aunque no está considerada como una rama de la medicina tradicional, tiene variados beneficios para nuestra salud.
Cada vez que un olor entra por nuestra nariz, estimula los nervios olfativos enviando señales químicas al cerebro, concretamente al hipotálamo y al sistema límbico. Este último es el responsable de la modulación de las emociones básicas. Dependiendo del tipo de aceite que utilicemos, la sensación percibida puede ser relajante o estimulante. Por lo tanto, existe una relación directa entre lo que olemos y nuestro estado de ánimo.
De hecho, existe una rama de la psicología que estudia los efectos que tienen los olores sobre la mente humana y el por qué relacionamos nuestros recuerdos y sentimientos con olores específicos.
Propiedades de los aceites esenciales
Los aceites esenciales tienen propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, antivirales y fungicidas. Por eso, se utilizan frecuentemente para tratar infecciones dermatológicas (la psoriasis, los eczemas, el acné o en procesos de cicatrización de heridas), desequilibrios del sistema inmunitario (infecciones y enfermedades de las vías respiratorias) y alteraciones en el sistema nervioso (la depresión, la ansiedad, los desequilibrios emocionales o las taquicardias).
También existen otros beneficios comprobados del uso de estos aceites. Entre ellos encontramos el alivio del dolor (gracias a sus efectos analgésicos), su acción como antihistamínico y potenciador de las defensas, su poder para reducir el estrés y el insomnio, su capacidad estimulante e incluso afrodisíaca y sus propiedades antioxidantes que ayudan a evitar el envejecimiento de las células.
Aceites esenciales comunes y sus usos
Existe una gran variedad de aceites esenciales, tantos como plantas hay en la naturaleza. Puedes utilizarlos en casa usando difusores, durante el baño o combinándolos con un aceite de vehículo para realizar masajes. Dependiendo de cuál sea el resultado que deseas obtener, estos son los usos más frecuentes de los aceites esenciales populares.
- Revitalizantes: limón, semilla de pomelo, canela, enebro, vainilla, geranio y romero.
- Relajantes: lavanda, manzanilla, jazmín, incienso y mirra, mandarina, ylang-ylang, nerolí y naranja.
- Estimulantes: menta y eucalipto
- Antisépticas: árbol de té.
Aunque la aromalogía tiene sus efectos más beneficiosos en las dolencias menores como los problemas digestivos, el síndrome premenstrual, las enfermedades relacionadas con el estrés y algunos problemas de piel; los aceites esenciales pueden ser determinantes para aliviar el estrés experimentado por las personas que sufren de una patología grave. Por eso, si aún no has probado esta terapia alternativa, te invitamos a disfrutar de sus grandiosos beneficios.